Antiguamente estas lágrimas se usaban en ocasiones como colirio. Su contenido son sobre todo compuestos orgánicos de las reservas de la planta y también minerales, de los cuales entre 1 y 2g/l es materia seca. La cantidad derramada durante el lloro por cada cepa varía, pero puede llegar hasta los cinco litros.
Así de esta manera tan poética comienzan las vides su nuevo ciclo vital que culminará con la caída de la hoja tras habernos ofrecido de nuevo sus frutos en la época de vendimia.