Tras la floración comienzan los trabajos en verde, con la espergura y el desniete, que podéis conocer con detalle en este otro post que ya publicamos en nuestro blog.
Un vez terminada esta fase comienza el control de plagas y el sombreado de racimos.
Cuando hablamos sobre el control del sombreado de racimos nos referimos a nuestro interés para que los racimos estén bien expuestos (no sombreados). Esto lo conseguimos con la técnica del deshojado que, en un año como esté, es más importante debido a las abundantes lluvias que propician la creación de humedades tan favorables para el desarrollo de hongos como el mildiu.
Así mediante el deshojado suprimimos de manera manual las hojas a nivel de los racimos en el periodo comprendido entre el cierre del racimo y antes del envero. Esta tarea se realiza sobre la cara de la fila expuesta al sol saliente. Con ello conseguimos:
- Aumentar la exposición de los racimos a la luz y el calor.
- Aumentar la aireación de los racimos mejorando la sanidad al reducir la posibilidad de acumulación de humedad y favorecer el acceso de los tratamientos
- Mejora la maduración de las bayas.
Es importante eliminar las hojas viejas cuya actividad fotosintética es más débil. También es importante no realizarla demasiado pronto ni demasiado severamente ya que disminuiríamos la superficie foliar en plena actividad consiguiendo un efecto que no queremos poniendo en peligro la producción.