El corcho natural y el vino forman el mejor tándem. Sin duda este material se ha probado como el mejor para la conservación y evolución del vino en la botella ya que permite la oxigenación durante la estancia en botella, lo que ayuda a mejorar su evolución. Por eso es recomendable guardarlo en posición horizontal lo que además permite que el corcho se expanda creando un cierre prácticamente hermético.
Estos tapones se elaboran a partir de una sola pieza de corcho de alta calidad, con pocos poros. En Sonsierra son los tapones que utilizamos para los grandes vinos: Sonsierra Reserva, Sonsierra Gran Reserva, Sonsierra Vendimia Seleccionada, Pagos de la Sonsierra y Perfume de Sonsierra.
Vinos que tras haber permanecido un tiempo en barrica, necesitan pasar un tiempo de afinamiento en botella. En esta fase, el vino necesita oxigenarse para ir evolucionando. De esta forma, el vino afinará su tanicidad, mejorará sus aromas y se desprenderá de cierta astringencia ganando complejidad y matices.
Para aquellos vinos que necesitan una menor evolución en botella como es el caso de Sonsierra Crianza y Sonsierra Blanco Fermentado en Barrica utilizamos tapones de corcho microgranulado que se elaboran compactando gránulos de corcho natural. Este tipo de tapones técnicos nos permiten ajustar dicha evolución y garantizar la ausencia de TCA (el desagradable olor a tapón/corcho) en el vino. Además se trata de tapones reciclables y biodegradables, elaborados con materia prima natural; que ofrecen una buena elasticidad y capacidad de compresión-expansión, con lo que se obtiene un buen cierre.
Para nuestros vinos jóvenes utilizamos tapones sintéticos, compuestos por polímeros plásticos o silicona, ya que estos vinos no necesitan una mejora o evolución en botella y el uso de estos tapones nos asegura la ausencia del desagradable olor a corcho en el vino.
