En los viñedos plantados en la forma tradicional en vaso, nos encontramos generalmente cepas formadas por un tronco de tres brazos, donde el corte se realiza dejando dos pulgares por brazo y dos yemas en cada pulgar. Con esta limitación de yemas conseguimos limitar el número de brotes y nos aseguramos que los que después crecerán tendrán vigor y darán la mejor calidad de uva posible.
La poda puede hacerse durante todo el periodo de reposo vegetativo de la planta ( cuando no hay movimiento de savia), desde que termina la caída de la hoja hasta que se inicia su actividad vegetativa . La época está determinada por el riesgo de heladas primaverales, ya que si la poda se hace de manera temprana induciremos a una brotación temprana de las yemas lo que expone a los brotes a las heladas tardías de primavera. Para evitar esto realizamos la poda durante este mes de enero.
En algunas cepas todavía se ven racimos colgando, es lo que se llama “racimas” o “racimotes”. Son racimos altos que salen de los nietos, muy tardíos y que nunca se vendimian, porque en la época de vendimia no están maduros y darían mala calidad al vino. En Sonsierra al realizar toda la vendimia de forma manual nos aseguramos el seleccionar únicamente los mejores racimos.
Los sarmientos que quedan tras la poda se recogen en hatillos o “gavillas” y luego se utilizan durante todo el año para asar las famosas chuletillas al sarmiento riojanas, un manjar que no podéis dejar de probar si venís a visitar nuestra tierra.