Este fenómeno tiene lugar con algunos días de diferencia en nuestros viñedos. Aquellos situados en las zonas más bajas junto a la ribera del Ebro son los primeros en despertar mientras que las fincas de las partes más elevadas de la Sierra de Cantabria lo hacen un poco más tarde.
Es tiempo de realizar tratamientos para evitar plagas y enfermedades causadas por la humedad propia de la estación y también de labrar las calles de las viñas para que el suelo no se quede duro y pueda filtrarse bien el agua de lluvia para que así las plantas reciban todos los nutrientes.