1. Vino tinto
Con los vinos tintos jóvenes podemos ser generosos a la hora de servir y llenar la copa hasta la mitad ya que por lo general son vinos con aromas y sabores más ligeros.
En cambio los crianzas, reservas y grandes reservas requieren ser más comedido a la hora de servirlos en la copa ya que necesitan una buena dosis de oxígeno para comenzar a abrir sus aromas y sabores. Más cuanto más viejo sea el vino. Además se recomienda agitarlo suavemente para ayudarle en este proceso. Son vinos para ser disfrutados en pequeñas cantidades mejor que en grandes dosis así que lo más recomendable es llenar sobre un tercio de la copa.
2. Vinos blancos
También nos permiten ser generosos llenando la copa hasta la mitad ya que, por norma, no requiere tanta oxigenación como el tinto. Incluso admitirían llenar la copa hasta los tres cuartos pero no es una buena idea ya que perderá frescura y se nos calentará más fácilmente. De hecho para los blancos jóvenes que invitan a ser degustados muy frescos no se recomienda llenar la copa más de un tercio.
3. Vino rosado y generosos
Al tratarse de vinos ligeros podemos actuar como en el caso de los vinos tintos jóvenes llenando hasta la mitad de la copa.
4. Espumosos
Las flautas (copas alargadas) que se utilizan para el cava y el champagne permiten llenar la copa hasta arriba, siempre a ser posible hasta un centímetro del borde. ¡No nos pasemos!
5. Jerez y Oporto
Al tratarse de vinos con un sabor más potente (en el caso de Jerez) y más dulces (en el caso del Oporto) y en ambos casos con un grado alcohólico más elevados este tipo de vinos se sirven en copas pequeñas y en cantidad moderada. Un poco menos de un tercio de la copa, alrededor de 90 ml.
6. Vinos dulces
Generalmente son vinos más densos que se disfrutan como maridaje de algún postre después de la cena y al igual que el vino de Jerez o el Oporto se sirven en copas más pequeñas y estrechas en pequeñas cantidades (entre 60 y 90 ml)